Me mordía mis uñas desde que tengo uso de razón. Renata se ofreció a arreglármelas y me dijo que después de la manicura no volvería a comerme las uñas. Dicho y hecho. Este es su trabajo del antes y después.
Al limpiarme bien la piel que rodea las uñas y dejar de tener trozos de piel duros y con heridas, no sentí la necesidad de volver a morderme las uñas.
Gracias a Renata he eliminado mi mal hábito de comerme las uñas que me acompañaba toda mi vida.
Katerina Belikava
15/2/24
La perfecta y duradera manicura garantizada! La perfección existe!